Pajón y Cartagena

MAGIA. UN TALLER EN EL QUE CADA PIEZA SE TEJE CON
EL ÍMPETU DE DOS APASIONADOS POR CONTAR HISTORIAS, HISTORIAS DE PRENDAS QUE HABLAN. HISTORIAS DE COLOMBIA NARRADAS CON CHAQUIRAS, FILIGRANA, MACRAMÉ Y BORDADOS.

Fotografía
Santiago Marzola   
Texto
Daniela García Garcés

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Andrés Pajón y Felipe Cartagena, protagonistas de una marca de lujo pionera en la industria. ADN 100% local, Andrés Pajón es Colombia.

Un estudio creativo que nació de la inspiración de una musa y maestra, Rosa Gallego, mamá de Andrés y persona que hoy dirige el taller. Sentada en su máquina de pedal transmite en cada una de las prendas que cose, la trayectoria de una vida.

Estos apasionados de los mundos mágicos, se encargan de tejer en cada una de sus prendas un pedazo de la historia de un país, a través de sus diseños mezclados con técnicas artesanales. Piezas hechas 100% a mano durante horas en un taller que nunca cierra. Una década de trabajo y de una convicción: ser una marca de lujo referente en Colombia y el continente. Y a fe que lo están logrando.

Artesanías, oficio y arte milenario. Pasado de generación en generación. Andrés Pajón se reinventa y cada una de sus creaciones resalta la identidad colombiana con técnicas heredadas. Metros de tela cubiertos con texturas inspiradas en mundos fantasiosos, porque lo suyo es el exceso, el drama, las mujeres vestidas para ser miradas una y otra vez. Envueltas en un Pajón se comportan diferente. Como si la vida les cambiara al enfundarse en un traje de la firma. De ese atelier que es, hasta ahora, un triunvirato indivisible: Rosa, Andrés y Felipe. Amén.

Viajes, música y color, así nacen sus colecciones. Taller creativo en el que el oficio cobra sentido. Interpretación de siluetas y estructuras, exploración en su máxima expresión.

Cuando se miran ya saben qué está pensando el otro, casi siempre los confunden y no les puede faltar una taza de café para empezar a crear. Estos visionarios siguen cambiando las reglas del juego, abriendo las puertas del lujo a un mercado que está ansioso por ver más.

Su sueño es dejar como herencia un pedazo de la historia del país contada por sus piezas, cuidadosamente guardadas a través de los años y que esperan sean expuestas en algún museo con sección permanente para el vestuario. Su identidad está clara y ellos lo saben. Ellos tejen el orgullo de la costura colombiana elevada a niveles de excelencia y dramatismo.

Se encargan de tejer en cada una de sus prendas un pedazo de la historia de un país