Somos C A L E N T U R A: El Pacífico es C A L E N T U R A

Por: @Armatturamagazine

Siempre se ha dicho que la belleza colombiana está dominada por el Caribe, una estética luminosa, limpia, colorida, de alguna manera perfecta y transparente. Mientras que el pacífico es algo más tenso, lluvioso y oscuro, el agua es negra y la tierra gris; y al adentrarse en su territorio se es recibido por una selva inexplorada, húmeda y misteriosa.

Un contraste entre dos espacios que conviven en un mismo país, y al estar en el Pacífico empiezas a comprenderlo todo, a disfrutar del mismo y ver su belleza, atributos que se evidencian en Somos Calentura, película producida por Steven Grisales y dirigida por Jorge Navas.

Steven y Jorge; dos tipos admirables y a la vez tan cercanos. Uno administrador y el otro comunicador, lo único que tienen en común es que son caleños, y acaban de producir una película que representa el orgullo y la pasión de una cultura poco difundida del país; una película sobre Harvey y sus tres amigos, bailarines profesionales que buscan salir adelante en Buenaventura, en un entorno que lleva a los jóvenes a una vida al margen de la ley, enfrentando una realidad que les hace cuestionar el cómo escapar.

7 años de producción en total; desde el 2010 surgió la idea del proyecto. En el 2014 se materializó gracias a que obtuvieron el estímulo integral del Fondo de Desarrollo Cinematográfico: dos años más de desarrollo, una pre-producción de 2 meses, 5 semanas de rodaje y una post-producción de casi año y medio, una suma de tiempos que llevó a plasmar el encanto del pacífico de la manera más auténtica y elegante.

Jorge y Steven han trabajado en películas como “El Páramo” y “La Sangre y la Lluvia”, y Jorge, junto a su padre, ha sido defensor del pueblo de Tumaco durante años; una de las razones por las que Steven lo invitó a dirigir la producción de Somos Calentura, buscando que él anclara a la misma los diferentes fenómenos ultramodernos tan propios de una región y que tienen el poder de tomarse el mundo, como la salsa choque, el latin hip hop, la música del pacífico, su estética y más.

AM ¿Cómo surge la idea de crear una película de esta temática?

JN El proyecto lo inició Steven, posteriormente me invitó a hacer parte del mismo.

SG Fui productor de la película que lleva como nombre “El Páramo”; uno de los actores principales de esta es Julio Valencia, oriundo de Buenaventura y bailarín profesional. Estando en el páramo, Julio me contó historias de su vida, de Los Príncipes Jackson, agrupación de la cual hacía parte mientras vivía allí. Era algo así como el mejor grupo de baile de la ciudad, y me interesé mucho en ver cómo el baile se convierte en un salvoconducto de vida en una época en la que únicamente los músicos y los bailarines podían cruzar las fronteras invisibles.

AM ¿Qué historias de vida podrían compartir con nosotros sobre todas estas comunidades a las cuales ayudaron tanto?

SG Para empezar, quiero decir que fueron ellos quienes nos ayudaron a nosotros. Más que nosotros a ellos.

JN El día del lanzamiento el jeque de la comunidad de los actores dijo: “Esta película fue en Buenaventura, con afros”, sentía que era su historia y la de muchos jóvenes, como los de la comuna 13 en Medellín, ya que, a pesar de ser sitios geográficos diferentes, los une varios puntos en común, como la lucha que tienen algunos entre decidirse por el arte, el baile o la música en contextos que son socialmente adversos y violentos. Por esto y más, quisimos salirnos de ese discurso enfocado en la violencia, la muerte y el dolor, para empezar a hablar desde el arte, el empoderamiento, la dignidad y la belleza que tiene cada uno, la fuerza interior, una fuerza áspera que busca la luz en los barrios de Buenaventura.

Es muy grato observar cómo los habitantes de esta región ayudaron y se involucraron con el proyecto; se sienten orgullosos de ver que alguien quiere mostrar un lado diferente al que suelen mostrar los medios. Quisimos presentar el baile como otra opción de vida, una que requiere sacrificio pero que es grata y digna, y que los jóvenes son dueños de sus caminos y decisiones. Creamos un referente de héroe local para los jóvenes, ya no tienen que mirar hacia afuera para encontrar un referente norteamericano al cual, a pesar de no sentirse identificados, buscan imitar.

AM ¿Cómo llegaron al vestuario que es utilizado en la película?

JN Haciendo una retrospectiva en la historia de la música, la Salsa y el Hip hop llegaron al Bronx neoyorkino de los años 70, influenciados por una gran variedad de subculturas, lo cual permitió que se crearan lenguajes estéticos nunca antes vistos, también con el fin de imitar las modas imperantes de la alta sociedad de Nueva York; siempre había alguien que se encargaba de confeccionar y vender imitaciones. Poco a poco se fue creando un estilo propio, destacando el uso y el diseño de los zapatos como símbolo de poder y reconocimiento, ya que, en la segunda década del 2000 muchos bailarines de Buenaventura viajaron a Norteamérica a probar suerte, regresando con dólares, prendas y zapatos de los Estados Unidos. Por lo anterior, es importante destacar la cultura Norteamericana, y más que todo Nueva York, como influencia principal para el desarrollo de vestuario de esta producción.

“Ahora es que entiendo qué es la elegancia”, dijo Luz Elena Cárdenas, nuestra estilista al ver los actores, tan imponentes y de presencia innegable. Figuras imbuidas con el poder de una tribu, adornados por un movimiento estético que me gustaría llamar: Hip hop punk.

AM Adicional a esto, dan la impresión de contar con un brillo especial; es como si el sudor los hiciera más exuberantes, la energía del mundo se refleja en ellos, y eso se puede observar durante la película.

SG Algo que podemos agradecer especialmente a nuestro director de fotografía, Luis Otero.

AM La perfección de la actuación se refleja en las historias de los personajes, ¿éstas nacen a partir de ellos o son creadas para la película?

JN Había un guión. Pero ellos han vivido situaciones similares, lo cual dio fuerza a sus actuaciones. Fue todo un reto no cruzar la línea de explotar el dolor, pues han vivido un sin fin de situaciones en sus vidas que se identifican con las de la película misma, pero fueron lo suficientemente profesionales como para llegar hasta el final del rodaje sin dejarse quebrar.

AM ¿Hubo algún momento en el que se sintieron agobiados por la producción, un momento en el que hayan pensado en tirar la toalla?

JN Hacer una película es muy costoso. Fueron 5 semanas de rodaje, y hubo varios días en los que la lluvia no paraba. Esto implicaba rodar en cualquier momento que teníamos disponible, no podíamos extender el tiempo de rodaje, en 1 hora debíamos hacer lo que estaba planeado para hacer en 12, esto dificultaba que las escenas quedaran bien.

Personalmente me rayaba con eso, pensaba que la película no iba a quedar bien contada, pero al final superamos la situación y tirar la toalla no es una opción, al contrario, cuando se trabaja en equipo no se puede flaquear.