Piezas icónicas de la mano de Sisterly Style & Chanel

por: Camila Ortiz

Me atrevería a decir que todos los amantes de la moda tenemos algo en común: una profunda admiración por Gabrielle Chanel; por su inmensa disciplina, rigor y rebeldía que viene acompañado por la curiosidad de sumergirse en ese universo de misteriosa elegancia, minimalismo, movimiento, cortes rectos y tonos contrastados que ha creado a través de los años la firma Chanel.

Ame y Eli, conocidas como Sisterly Style, también son un gran ejemplo de disciplina y espíritu. No es gratuito que desde el 2014 la firma francesa viera en ellas unas aliadas para compartir su visión en Colombia y Latinoamérica. Para ellas, hacer parte de una marca que revolucionó la historia de la moda, es el resultado de trabajar con pasión, un toque de suerte y timing. Toman cada experiencia con un profundo agradecimiento, aún más por las grandes amistades que han construido con las personas detrás de la marca.

Su último encuentro con la casa Chanel fue en Nueva York, en donde junto a dos de sus amigas de infancia se reunieron en Central Park, un espacio mágico que las recibió con cerezos florecidos, creando el escenario perfecto de celebración muy al estilo Chanel y su bolso icónico: el 11.12.

Esta pieza meticulosamente elaborada es una reinterpretación de la clásica 2.55 creada por Mademoiselle Chanel en 1955. Para sus carteras, Gabrielle se inspiró en las bandoleras militares masculinas, convirtiendo sus bolsos con correa en una revolución, un must, vistiéndolas de grosgrain y el famoso acolchado ‘matelassé’ para hacerlas más cómodas; incluyó la doble C y transformó la correa en una cadena entrelazada: el nacimiento de la 2.55.

 

Ahora, la 11.12 llegó en la década de los 80 de la mano de Karl Lagerfeld, para quien su predecesora, Gabrielle Chanel, fue la primera estilista, dándole a la mujer una actitud que no existía antes, un estilo atemporal pero aun así, siempre vigente. Ese es el espíritu de la 11.12, un conglomerado de historias y experiencias que residen en una pieza hecha por un coutirière: un bolso dentro de otro bolso pensado para el día a día, con siete bolsillos funcionales, el cierre decorado con la doble C, una cadena ajustable de metal con cuero entrelazado que permite al cuerpo moverse en libertad y el famoso acolchado diamante que recubre su parte exterior. Un diseño audaz, práctico, que resiste los caprichos de la moda y el paso del tiempo.  

Volviendo al mágico Central Park, Ame y Eli, están en proceso de comenzar un nuevo ciclo de vida que por primera vez les impondrá el reto de separarse, ambas están próximas a casarse y eso les ha permitido reafirmar más sus lazos y a la vez su individualidad. Este encuentro sirvió para recordar, celebrar su crecimiento y a la vez soñar con un futuro prometedor. 

Ambas concuerdan en que fue a través de Memen, su mamá, que vivieron su primera experiencia con Chanel. Para ella la compra de una cartera clásica era una inversión inteligente para cualquier mujer, la combinación perfecta entre belleza y practicidad. Desde ese momento atesoran cada uno de los recuerdos que acompañan la experiencia de compra de estas piezas atemporales, creciendo poco a poco su colección. Dependiendo de estas experiencias y de las características de cada una, las nombran de forma cariñosa: Solecito o Silver Diamantica para la mini 11.12,  Gabrielita para la Gabrielle, Oreo para referirse al Vanity Case, Panameña a la de rojo profundo, la Joya de la Corona a la clásica 11.12 de mayor tamaño, entre otras que hacen parte de su armario, creando así looks coherentes e irresistibles. 

Ahora que tendrán sus armarios separados ¿qué harán con sus carteras? Les pregunté, se miraron risueñas, “Eso es lo único en todo nuestro armario que es imposible de separar, son piezas de colección que esperamos conservar toda nuestra vida, turnándose poco a poco hasta que sea el momento de heredarlas a nuestras hijas o sobrinas” contestó Eli. Aunque cada una tiene un estilo personal único, reconocen que comparten una visión estética y gustos muy parecidos, lo que se traduce en decisiones vestimentarias que crean el espíritu Sisterly Style. En sus piezas Chanel unen su gusto por lo clásico, pues se ajustan perfecto a sus personalidades y su búsqueda por hacer que la magia haga parte de su día a día.